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Yvonne Vieslet

 

Descripción del artista

Robada por delincuentes, la estatua de Yvonne Vieslet en Monceau había desaparecido. Una nueva escultura, muy similar a la original, se inauguró el 17 de julio de 2010 en el mismo lugar.
La niña, con una ligera sonrisa en los labios y un aspecto angelical, pasa un pan a través de la reja, bajo la mirada benevolente de su conciencia... La estatua de Yvonne Vieslet ha recuperado su lugar en la calle Ferrer, en Monceau-sur-Sambre. O, más exactamente, una nueva escultura de la joven mártir ahora llena el vacío dejado por los delincuentes que se llevaron odiosamente la obra original de bronce el 12 de febrero de 2007.

Asesinada por ofrecer un pan



La pequeña Yvonne Vieslet tenía diez años en 1918, cuando la guerra estaba llegando a su fin. Vivía en Monceau-sur-Sambre, donde había nacido. Ese día, el 12 de octubre, acompañaba a su ma- má para llevar la comida a su papá Émile, que trabajaba en Marchienne. El camino de la niña se cruza con el de un grupo de prisioneros franceses, confinados detrás de rejas en el círculo Saint-Édouard. El destino de los pobres combatientes, exhaustos y hambrientos, conmueve a la niña. Que, escuchando solo su corazón, ofrece espontáneamente a uno de los desafortunados el pan que había recibido en la escuela sin preocuparse demasiado por las órdenes prusianas. Un disparo se escucha... Gravemente herida, la niña cae. Sucumbirá a sus heridas unas horas más tarde. La conmoción entre la población será acorde con el gesto, lleno de bondad y humanidad que demostró la pobre niña, aniquilada por la locura de la guerra.

Se le rendirá homenaje al final de la guerra. Pero el monumento de Monceau no se erigirá hasta 1956. Cabe decir que el robo de la estatua escandalizó a los moncelenses, en particular a los mayores y a las asociaciones patrióticas. El proceso fue largo pero la estatua de Yvonne Vieslet recuperó su lugar. La tarea recayó en un diseñador industrial, propietario de una fundición en Gosselies.

«La posición es idéntica, pero para la fisonomía, trabajé en base a las pocas fotos disponibles, en total 3 fotos» Explica el artista.

Se necesitaron dos meses de trabajo para completar el proyecto. La escultura está realizada en poliéster con un acabado en bronce como el original. Una realización que le importaba mucho. «Mi mamá conocía bien la escultura original, era su antigua escuela».

Artículo Vers l’avenir Benoît Wattier 17 de julio de 2010

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